La creadora de Mink, Grace Choi, la ha presentado esta semana en el transcurso del evento TechCrunch Disrupt Nueva York. Por ahora es un prototipo y tiene el mismo tamaño que una impresora 3D convencional, aunque su creadora espera reducirlo notablemente, hasta que tenga aproximadamente el mismo que el de un Mac Mini. Pero seguro que si estás leyendo esto te estarás haciendo varias preguntas sobre su funcionamiento y sobre los materiales que se emplean en la fabricación de los cosméticos.
Por ahora no hay muchos detalles concretos sobre cómo funciona. Básicamente, lo que hace es mezclar tinta con polvo, crema o cualquier materia prima necesaria para crear el maquillaje deseado. Choi afirma que Mink es capaz de utilizar los mismos sustratos y bases que se emplean en la industria cosmética. En cuanto a la selección del color, sólo hay que elegir cualquier tono que haya, por ejemplo, en una página web. Después hay que copiar el tono elegido a un programa y, sólo con pulsar el botón de impresión, Mink lo mezclará con el material elegido y creará el tipo de maquillaje deseado: polvos, base en crema, sombra de ojos, gloss de labios, etc.
Esta impresora todavía no tiene fecha concreta para su salida al mercado, aunque su creadora espera poder ponerla a la venta antes de finalizar este año, por un precio que cree que será inferior a los 300 dólares.
